Nuestra campaña, compuesta de un profundo sentido ético y respeto por todas las formas de vida, encarna lo que, aún, la porción mayoritaria de la humanidad no puede ensayar: dejar de servirse de otros seres, por puro placer.

Percibir a los animales desde una mirada antiespecista, significa, entenderlos como seres sintientes, que merecen ser respetados como sujetos de derechos, y valorados como lo que son, conciencias en plena evolución. Sin creer que, una especie o forma de vida (como lo somos los seres humanos), vale más que otra. Cada acción que atenta contra su integridad, nos ensombrece como civilización. Nos aleja de la verdad, del amor, y nos embrutece, insensibilizándonos. Por ello, Veganismo, manifestación práctica del antiespecismo, evidencia una filosofía de vida, que abraza a todas las especies, con la firme convicción, de que todos merecemos vivir dignamente. Que nadie vale más que otro. 

Que todas las expresiones de vida son importantes. Que nuestra actitud cotidiana, a la hora de proceder, de alimentarnos, de consumir, de nuestros hábitos de ocio, de nuestras costumbres, etc., marcan la diferencia. Entendiendo que, colaborar con el planeta, no puede jamás ser una acción parcializada. Es decir, eligiendo arbitrariamente, quienes valen la pena de ser custodiados y quiénes no. Para nosotros, esta experiencia de transitar el mundo es para complementarnos y custodiar lo común y colectivo, evitando las divisiones e individualismos.