Una Argentina horadada y penetrada

Conocíamos un mapa de nuestro país, pero de pronto sin recibir mayor información la Argentina cambio. El territorio es el mismo pero perforado de norte a sur, perforaciones que llegan a 1000mts de profundidad y diámetros de kilómetros. Esas perforaciones van solo a una parte del territorio concedido a las empresas transnacionales, Canadá, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos, China, etc.

Las áreas de trabajo ocupan cientos y hasta miles de hectáreas rodeadas de defensas inexpugnables que no pueden ser atravesadas por ciudadanos argentinos. Salvo los pocos trabajadores contratados, obreros  de hogares distantes para que no surja un contacto o intercambio con los habitantes del lugar.

La mina a cielo abierto NOproduce ganancias para nuestro país. Las empresas transnacionales tienen concesiones gratuitas por 30 años y se llevan cobre, oro, plata, zinc, mercurio, manganeso, etc. Innumerables minerales que los países del primer mundo necesitan para sus nuevas tecnologías que van desde celulares supersónicos hasta bases atómicas para una posible guerra nuclear.

Las transnacionales no suelen ser propiedades de un solo país, son poderosas corporaciones de diverso origen, que se unen para la depredación de territorios del Tercer Mundo.

Es correcto hablar de depredación, una palabra tan fuerte que no suele usarse para las relaciones interhumanas. Pero las transnacionales depredan el Tercer Mundo. No procesan aquí los minerales extraídos sino que los llevan a sus países donde son refinados y utilizados. La Argentina queda con inmensos pozos vacios, montañas de escombros, la aridez y el paisaje devastado.

Entre los innumerables abusos (permitidos) hay dos temas ineludibles.

Las minas a cielo abierto se instalan junto a las fuentes de agua para separar con ella los minerales de las rocas desprendidas de la cordillera con toneladas de explosivos.

El agua, recurso indispensable para la vida, se gasta por toneladas cada minuto (340.000 toneladas por día) y luego se vierte contaminada en ríos, arroyos y se filtra en las napas de agua de la región y de las provincias vecinas. También el aire, otro recurso que sostiene la vida, se contamina con las toneladas de explosivos que se usan diariamente, empobreciendo la tierra y los plantíos.

Agua, aire, tierra envenenada.

No es de extrañar el daño físico que sufren las personas y el stress que esto produce. La violencia de las transnacionales que son bienvenidas por las autoridades de la Nación. En algunas provincias el cáncer aumento un 800% y muchos niños nacen con mal formaciones.

Al terminar su contrato las corporaciones se retiran  sin dejar beneficio a nuestro país, habiendo dañado cuerpos y almas de innumerables seres humanos.

¿No se tratar aquí de un contrato de locos que indigna a toda persona que aun percibe la sacralidad de la vida?

Conciencia Solidaria ONG Interprovincial
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