1° de noviembre de 2017
Día Internacional del Veganismo
En un día tan importante para nosotros y nuestros hermanos animales, escribiremos sobre Sociedad y Nuevos Derechos. Reflexionaremos sobre cómo esto acontece en un devenir social, con distintos protagonistas, que arman el tejido y el avance de este nuevo paradigma jurídico, social y cultural. Más amplio, abarcante, que disiente del tradicional status quo, que cada vez se va quebrando más y más, dando lugar a lo nuevo.
En ese contexto, reflexionamos sobre la discriminación y el antropocentrismo. Inevitablemente pensar el concepto de otredad. Ese otro que atemoriza. Ese otro que pone en riesgo un cierto orden, por ser distinto a lo esperado. Ese otro que es el chivo expiatorio, o a veces, el sostén de la carga pesada, muy pesada, que sustenta los andamiajes del sistema social imperante, podríamos llamarlo, capitalismo-heteropatricarcal-especista.
Podemos recordar nuestra historia, ver el cambio y la ampliación de derechos de las mujeres. Cómo pudimos salir del espacio reducido de nuestras casas y abrirnos un lugar en el espacio público, trabajando, votando, esforzándonos, participando. Cambiando de rol. Dejando de ser aquella que sostiene emocionalmente al marido y los hijos, cocinando, limpiando, para que él pueda trabajar, trabajar y trabajar. Hoy, esto se está modificando y aparecen nuevas vinculaciones en las parejas heterosexuales, con un cambio de estructura, más equilibradas. Muchas veces ambos trabajan, y a su vez ambos colaboran en las tareas de la casa y el cuidado de los hijos. Están apareciendo nuevas masculinidades, porque están apareciendo nuevas femineidades. Y también están apareciendo nuevos formatos de familia.
También se ampliaron los derechos para homosexuales, travestis, transexuales, luego de mucha resistencia social y puja para que así sea. No se pueden negar los avances y los derechos ganados, más allá que tenemos que seguir firmes, porque a nivel mundial, y en Argentina misma, la violencia continúa, hay un reflote de la discriminación, la represión y la tortura, en distintos países del globo hacia este sector social, y también hay un Pink Wash en muchos sectores del capitalismo mundial globalizado, tanto en lo comercial como en lo político.
La lucha por los derechos de los negros, también nos inspira. Cómo ellos fueron luchando por el reconocimiento de sus derechos y para liberarse de la opresión.
Me gusta observar cómo esas ampliaciones de derechos emergen de profundas luchas, de gente que mucho tiempo resistió, se enfrentó a vivir la vida siendo distinto o distinta y no ocultó esa diferencia, pese a ser muchas veces, una minoría.
Como quién hoy, siendo vegano, va a un asado familiar comiendo distinto, pensando y sintiendo distinto, o directamente, y por esa razón, a veces, decide no ir, o llegar más tarde, sin temer ser discriminado u observado.
La discriminación por religión, por sexo, por edad, es parte de nuestra historia social y parte de nuestras luchas de inclusión y subversión del modelo hegemónico imperante.
Desde que nacemos, nos inculcan ideas erróneas que cruzan cuestiones de género y especismo, como se puede observar a través del lenguaje, con esto de caracterizar a humanos en forma negativa, mediante nombres de especies animales. Por ejemplo: la yegua, la rata, el zorro, que si es varón es un genio, pero si es mujer es una puta, con la consiguiente carga que esto también conlleva. Y así, podríamos seguir enumerando.
Además, desde la literatura, por ejemplo: en “Caperucita Roja y el Lobo feroz”, se ve claramente esta cuestión de la discriminación y la cuestión de género. La niña y la abuela, aparecen como indefensas y débiles, frente al lobo feroz; y a todas ellas, que seríamos todas nosotras, estas mujeres entre comillas tontas, sin fuerza, sumisas, nos tiene que salvar un hombre, en esta versión Susanita, de que tiene que estar “él” para rescatarnos.
Todo esto está cambiando, se está quebrando. Emerge una nueva cultura, nuevos cuentos, nuevos libros, nuevas versiones de nosotros mismos. Nuevos derechos, por nuevas necesidades sociales y nuevos estados de conciencia ampliados, que vamos adquiriendo a lo largo del tiempo.
El veganismo es una respuesta política, social, es filosofía práctica ante el paradigma de la violencia y del “qué me importa”, “ojos que no ven, corazón que no siente”, consumamos sin más.
Los ojos se están abriendo, no hay forma de no ver en las redes videos de matanza de animales, torturas, etc. También, podemos ver la contraparte de prácticas armónicas y amorosas como: huertas orgánicas, charlas, cursos de cocina vegana, resistencia por la liberación animal de los zoo, pedidos de inclusión de menú vegano, etc.
Son nuevos tiempos, hay nuevas necesidades de respeto e integración de la diversidad, de la no violencia. Estamos construyendo nuevas rutas y nuevos lenguajes que aceptan y abrazan la diversidad de color, las diversidades sexuales, de edad y de especie. Nos estamos transformando como humanos, por eso luchamos y eso también se ve reflejado en leyes y ampliación de derechos.
Estos cuerpos dóciles al sistema de poder que oprime, con dispositivos de poder hemegómicos, victimizantes, esclavizantes y torturantes, están soltando sus cadenas, entendiendo que el poder de su propia subjetividad es muy grande y estamos cambiando la historia, pese al horror y el dolor de tantos hermanos animales y el reguero de sangre que estamos dejando bajo nuestros pies.
Que nuestros cuerpos sean templos de amor y no cementerios, depende de nosotros y nuestra práctica cotidiana. Ir más allá y colaborar desde una cooperación entre reinos, teniendo en cuenta las interrelaciones entre ecología, ambiente, alimentación, género, es nuestra propuesta superadora, para liberarnos de la dialéctica opresor-oprimido y vivir mundos nuevos, más equilibrados y más justos.
Me cansé de ver camiones que llevan animales al matadero en las rutas, todos estos últimos años. También de ver hectáreas y hectáreas de soja para alimentar ganado, como ellos dicen, en el extranjero o hacer biocombustibles.
En el Día Internacional del Veganismo, seguimos trabajando e impulsando este cambio cultural, que tiene que ver con el respeto a la biodiversidad y la ampliación de derechos para cada vida. Como diría una compañera querida, veganismo, es servicio.
Campaña Nacional "Veganismo"
Coordinación:
Lic. Luciana Gagliardo
+54 911 3265 5888
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